(pegar el mural / cartulina en una zona adecuada del aula; y pegar al principio del pentagrama superior la primera letra: J)
Comenzamos hoy las oraciones de Cuaresma, en las que vamos a ir reflexionando sobre las lecturas del Domingo.
La Cuaresma es un tiempo de conversión, es decir, de crecimiento, de acercarme más a la mejor versión de mí mismo. Esto es muy difícil, pero con Dios es posible.
Hoy escucharemos el evangelio en que Jesús fue tentado. Y las tentaciones son eso, lo que va en contra de la mejor versión de nosotros mismos, lo que hace que seamos una versión mediocre…
Vamos a ver qué hace Jesús para superarlas:
Del evangelio según san Mateo:
Entonces Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado por el diablo. Y después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, al fin sintió hambre.
El tentador se le acercó y le dijo: «Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes». Pero él le contestó: «Está escrito: “No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”».
Entonces el diablo lo llevó a la ciudad santa, lo puso en el alero del templo y le dijo: «Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: “Ha dado órdenes a sus ángeles acerca de ti y te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras”».
Jesús le dijo: «También está escrito: “No tentarás al Señor, tu Dios”».
De nuevo el diablo lo llevó a un monte altísimo y le mostró los reinos del mundo y su gloria, y le dijo: «Todo esto te daré, si te postras y me adoras».
Entonces le dijo Jesús: «Vete, Satanás, porque está escrito: “Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto”».
Entonces lo dejó el diablo, y he aquí que se acercaron los ángeles y lo servían.
(Mt 4, 1-11)
Palabra de Dios
Si nos fijamos, en cada respuesta que da Jesús hay una frase de la Biblia: «Está escrito…». La Palabra de Dios nos puede ayudar muchísimo para ser más fuertes que la tentación.
Tener tentaciones no es malo, lo malo es dejarse arrastrar por ellas.
¿Qué consecuencias vienen después? Porque, «por sus frutos los conoceréis».
Nos vienen tentaciones de buscar mi propio beneficio sin pensar en los demás, de tener y acumular más de lo que necesito, de aprovecharme de otros...
Piensa por un momento: ¿si me dejo llevar por la tentación, qué frutos vendrán después?,
¿y si la resisto para superarla y fortalecerme, qué frutos vendrán?
Pide ayuda a Dios, que te quiere muchísimo, y busca siempre tu mejor bien.
Padre Nuestro
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